Ambientación General.

Dos meses han pasado desde la batalla en la que se perdieron cientos de vidas inocentes y que dejó el Castillo de Hogwarts casi destruido. Las clases fueron suspendidas temporalmente, y todos los magos y brujas de buena voluntad que ofrecieron su colaboración para volver a hacer del Castillo un lugar adecuado para los jóvenes hechiceros de Inglaterra y otras partes del mundo vieron sus frutos recompensados tras un par de semanas de arduo trabajo.

Sin embargo, en las sombras, un grupo de Mortifagos empezaba a reunirse, sin líder, sin rumbo. Muchos de ellos habían dedicado sus vidas a seguir al Señor Tenebroso y al encontrarse sin un objetivo que cumplir empezaron a verse perdidos, durante años, en un limbo que constantemente era alimentado por el rencor y la sed de venganza. De las cenizas salió una mujer determinada a cumplir los deseos que una vez había tenido su amo, una mujer que deseaba exterminar para siempre a todos aquellos traicioneros e intolerables sangre sucia y también a todo aquél que alguna vez se volvió en contra de Lord Voldemort, llevándolo a su derrota.

Diez años han pasado desde que el mundo mágico dejó de estar aterrorizado por la presencia de magia tan oscura como la que los Mortifagos y su Líder solían practicar. Diez años en los que ha reinado la paz y todos han vuelto a creer en un equilibrio y han construido una sociedad sobre cimientos que suponen son más estables. Sin embargo, el estado y la sociedad son tan frágiles como un castillo de naipes, y en cuanto las primeras desapariciones inexplicables empezaron a ocurrir nuevamente, nadie pudo evitar el rumor que empezó a correr. Algo se encontraba allí afuera, tal vez alguien que llevaba un tiempo construyendo a un pequeño grupo de aliados, fieles a los ideales del Señor Tenebroso, que estuviesen dispuestos a seguirla hasta las últimas consecuencias con tal de vengarlo.